La bandera significa el partido político,
el logo y el color ubican al candidato en una estructura rígida, difícil de
modificar. Decir que es de izquierda o de derecha es fácil deducir tan solo con
ver la bandera detrás del candidato.
En las pasadas elecciones de
Ecuador hubo dos tendencias que explican la evolución de las campañas
políticas. El actual presidente Rafael Correa aposto por la bandera y los
candidatos por otras bancadas decidieron escoger fortalecer la imagen del
candidato. Aunque una propuesta puede tener contenido prometedor no hay que
descuidar el lado participativo y las líneas de modificación de esta, por tal
razón una imagen de representación integradora siempre va a vencer.
Al momento de subir una campaña a
las redes debemos tener en cuenta que estará sujeta a la interacción de los
participantes, y que puede tener comentarios positivos y negativos con relevancia.
Una bandera mantendrá siempre más argumentos reiterativos, mientras que la
imagen del candidato no acarreará todos los errores de la bandera. A la hora de
escoger una bandera para representar tu imagen se debe tener en cuenta que los
aciertos benefician un poco pero los errores desprestigian mucho.
Una bandera opaca al candidato y
sus propuestas aunque buenas estarán expuestas a la matriz general del partido,
en la política 2.0 hay que tener en cuenta que el sentido de participación
busca en los candidatos una representación interactiva. Buscar una bandera
renovada u omitirla en lo posible beneficiara al candidato. Hacer una marca
propia, cuando se tienen buenas ideas será lo mejor.
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